Construir una buena base mediante un relleno de compactación del terreno con materiales como el caliche y colocar una membrana barrera de vapor, son algunas de las recomendaciones que hay que aplicar para lograrlo.

En áreas donde se genera un alto flujo de rodamientos de equipos y maquinaria pesada, el recubrimiento del piso debe estar diseñado para soportar la abrasión propia a la que están expuestas dichos espacios.

Carlos Salomón, gerente general de Productos y Soluciones de Ingeniería (PSI), sugiere que un almacén de alto tránsito, por ejemplo, debe seguir un procedimiento determinado para optimizar su vida útil.

Primero, debe construir una buena base mediante un relleno de compactación del terreno con materiales como el caliche, pero variará de acuerdo a la zona donde se realice el trabajo. El experto recalca que se debe iniciar la preparación con un suelo bien compactado.

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A continuación se coloca una membrana barrera de vapor, que es un elemento similar a membrana plástica. “Imagínese que el suelo o la tierra ya compactada, lista para tirar el concreto, usted le forra con un plástico”, señala Salomón al momento de agregar que el mecanismo evita que la humedad del suelo suba hacia el piso.

Dependiendo del uso y de las cargas a transitar por el piso, se debe seleccionar un hormigón de buena calidad y resistencia. Lo ideal es utilizar un hormigón de 210 kilogramos por centímetro cuadrado en adelante.

Asimismo, el espesor se seleccionará de acuerdo a los factores de uso y carga, el cual va a comenzar en 12 centímetros y puede llegar hasta los 20 o 25 centímetros de espesor.

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Luego de colocar el concreto seleccionado, sugiere nivelarlo bien y aprovechar el momento de la nivelación para colocar un endurecedor, que es un polvo con agregados especiales que se distribuye sobre el concreto fresco para, al endurecerse, lo haga íntegramente.

El objetivo de endurecimiento de ambos componentes al mismo tiempo es otorgar mayor resistencia a la superficie ante la abrasión.

Con el concreto endurecido, lo que prosigue es la creación de juntas de control. Las juntas de control son cortes que se realizan al concreto para indicarle sus puntos de falla. “El concreto tiende a agrietarse, pero lo que se hace es indicarle por donde se debe agrietar”, apunta.

Después de hacer los cortes se debe tomar un período de tiempo para que el concreto termine de ganar su resistencia final, hacer sus movimientos de contracción y dilatación en proceso de curado durante 28 días.

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Al pasar este tiempo, los cortes se sellan con un material de relleno de junta especializado para que proteja ese corte y el uso de los montacargas que pasen por arriba no lo deterioren, causando un hueco eventualmente.

Finalmente, el piso se debe sellar para protegerlo de elementos que lo penetren, como un derrame de aceite, de grasa o de químicos, y posteriormente lo deterioren. Dependiendo de la posibilidad de derrame que se tenga en esa área, el polvo (endurecedor) es que lo va a proteger.